La protección del agua es fundamental, junto la desinfección, para mantener las condiciones idóneas del agua. Para mantener el agua equilibrada se evita la proliferación de algas, la aparición de espuma y, por tanto, evitamos tratamientos de choque.
La transparencia del agua puede verse afectada por la turbiedad que producen las bacterias, precipitaciones, suciedad del aire o incluso de los bañistas… Así pues, utilizando clarificadores de forma semanal conseguimos un agua transparente y cristalina, disfrutando de una calidad excelente por más tiempo.